Monjes Guerreros de Shaolin
Por Guillermo García Salmorán

Publicado en la revista “Mundo Marcial” año II num 9

Un monje es una persona que lleva una vida totalmente ascética y sigue diferentes reglas de acuerdo a la religión que cada uno tiene. Los monjes son personas pacíficas, entregadas en cuerpo y alma a su religión, se alejan de la vida mundana para poder alcanzar un alto grado de espiritualidad, no pelean y no pueden causar ningún daño a su prójimo, sino todo lo contrario; sin embargo, en la antigua China existió un famoso templo—aún en nuestros días— llamado Shaolin. De ahí unos monjes guerreros saltaron a la fama por su habilidad en la lucha cuerpo a cuerpo, en la lucha con armas y sus extraordinarias demostraciones de poder interno. Estos monjes son conocidos como los guerreros de Shaolin.


 

 

El Templo de Shaolin

Este templo se encuentra ubicado en una de las cinco montañas sagradas de China, la montaña de Songshan en la provincia de Henan. El templo tiene más de 1,500 años de historia. Durante este tiempo fue atacado y destruido varias veces. Se dice que en el Templo de Shaolin tuvo su origen el budismo Chan y todas las artes marciales. Por eso a Shaolin se le conoce también como la cuna o la madre de todas las artes marciales del mundo: llámese Kárate, Tae-kwon-do, Jui, Jitsu, etcétera.

El Templo de Shaolin se estableció en 495 durante la dinastía Wei del Norte (386-534) en el décimo noveno año del reinado del emperador Xiaowen para un monje budista hindú de nombre Batuo. Sin embargo, la reputación del templo se debe a otro monje hindú, gran predicador, Bodhidharma, quien llegó a China en 527 y se estableció en Shaolin. Bodhidharma se relacionaba con la escuela budista del Mahayana del norte de la India, y fue el fundador del budismo Chan chino que se volvió Zen en Japón. En un principio en el templo no se practicaba ningún arte marcial, sólo se practicaba el budismo. De hecho, no se sabe a ciencia cierta cuándo se empezó a practicar Wushu en Shaolin. Se sabe que durante la dinastía Tang ya existía un estilo de pelea llamado Lou-Han-Quan y que era originario del Templo de Shaolin. Durante esta dinastía, 13 monjes Shaolin ayudaron al emperador Li Shi Min a derrotar a Wang Shi Chong. Los monjes únicamente iban armados con garrotes.

Los monjes guerreros

Existen muchas leyendas y misterios acerca de los monjes de Shaolin. Si sus habilidades son trucos o no, si realmente son capaces de realizar las proezas que se les han visto hacer. Para empezar un monje de Shaolin es diferente a cualquier otro monje de otra secta o religión. Los monjes que no pertenecían al Templo Shaolin no practicaban ningún sistema de lucha, mientras que los monjes de Shaolin sí lo hacían, pero también practicaban la meditación y eran personas muy cultas, leían mucho. Los monjes tenían diversos maestros que eran especialistas en un área en particular ya fuera de Wushu, métodos curativos o de filosofía. Esto hacía de los monjes no sólo hombres expertos en la lucha, sino también en las letras y la final si querían salir del templo tenían que demostrar sus habilidades adquiridas durante su estancia y práctica en el Templo. Para eso tenían que pasar por 18 cámaras de pruebas. Si lograban sobrevivir las 17 primeras (no todos los monjes lograron sobrevivir estas duras pruebas) pasaban a la última prueba, la cual consistía en cargar un caldero de hierro hirviendo con sus antebrazos. El caldero tenía dos animales de ambos lados, de un lado estaba el tigre y del otro el mitológico dragón. Estos animales se quedaban marcados en sus antebrazos y al momento de salir del templo—si así lo deseaban— la gente al ver que una persona llevaba esas marcas inmediatamente sabía que era un guerrero Shaolin.

La historia cuenta que no todos los monjes de Shaolin eran guerreros, es decir practicantes de Wushu. Había monjes que sólo se dedicaban a sus servicios religiosos y a sus labores domésticas. Estas labores también las podían hacer los monjes guerreros y les servían como parte de su entrenamiento y, sobre todo, para ser humildes. Los monjes que no eran guerreros no tenían nada que ver con el arte marcial. Las artes marciales de un monje Shaolin eran utilizadas sólo en caso necesario, donde estuviera en peligro su vida y tuvieran que hacer uso de sus conocimientos marciales. De otra manera no podían utilizarlos. Un monje de Shaolin se dedicaba completamente a las enseñanzas del budismo y al perfeccionamiento de sus habilidades en el Wushu. Durante muchos años los monjes de Shaolin han sido respetados en todo el mundo, debido a sus grandes cualidades y valores en el arte marcial. Un monje podía pasarse horas practicando un solo movimiento hasta perfeccionarlo, ellos siempre buscaban la excelencia en lo que hacían; por eso eran grandes guerreros y sus habilidades eran únicas.

Dedicaban toda una vida al entrenamiento del Wushu y después de muchos años de entrenamiento, finalmente adquirían habilidades extraordinarias. Quizá muchos no creerán esto, pero esto expresa—en cierto sentido— el verdadero entrenamiento y entendimiento de las artes marciales de Shaolin. Se necesita entrenar duro y casi toda una vida para lograr eso y muchas cosas más. Pero para los monjes de Shaolin el entrenamiento duro no era suficiente. Lo más importante era la cultivación de la integridad moral. Sólo siguiendo las conductas morales y un espíritu de entrenamiento duro y persistente podían llegar a convertirse en expertos del Wushu.

El Wushu de Shaolin es uno de los ejercicios más completos que existen, ya que fortalecen todo el cuerpo y ayuda a tener un control total de uno mismo y de la energía interna que todos tenemos, pero que no todos sabemos cómo desarrollar ni mucho menos cómo proyectarla. Los monjes guerreros de Shaolin se entrenan varias horas al día y pueden aguantar duros entrenamientos, lo que hace que perfeccionen su espíritu. Lo primero que hacen los monjes después de levantarse es meditar para que vayan descubriendo su poder interno. Un monje guerrero de Shaolin no sólo es experto en las artes marciales, sino también tiene que saber cómo curar ese golpe que pudiera causar daño a otra persona. Los monjes guerreros se ejercitan en tres diferentes categorías: ejercicios a manos libres cada uno con sus características peculiares y adaptadas para la pelea real; ejercicios con armas (espadas, lanzas, cadenas, sables, bastones, etc.). A través de los años los monjes desarrollaron nuevas y mejores armas, todas enfocadas al antiguo entrenamiento que se llevaba en el templo y por último ejercicios de combate, aunque practicaban todos, algunos monjes solamente se especializaban en dos tipos de ejercicios. El Wushu requiere de un entrenamiento constante, los que lo quieran aprender deben consagrarse a él plenamente.

Todos los monjes son instruidos en conocimientos espirituales y físicos por maestros que conocen los secretos del combate y la religión budista. Por más de mil años el Templo de Shaolin ha sido el corazón y alma de las artes marciales chinas. Los monjes de Shaolin se entrenan varias horas al día perfeccionando cada movimiento a manos libres y con armas. Los monjes también son los guardianes de este templo que cada día está más vivo que nunca.

Shaolin hoy

Antes no se conocía el arte de Shaolin—por los propios monjes— fuera de los muros de templo. Hoy, el Templo Shaolin está floreciendo una vez más gracias a la industria del entretenimiento. Los monjes de Shaolin ahora hacen giras por todo el mundo y dan demostraciones de su arte milenario a todo el público en general, que siempre ha sido mucho, debido a que siempre ha mostrado un gran interés en ver y conocer cómo es el arte de Shaolin en todo su esplendor, y quién mejor que los monjes para demostrarlo. De alguna forma los monjes y el Abad de este templo hacen esto para mantener viva la tradición de Shaolin y las nuevas generaciones sepan qué es Shaolin. Su rica y amplia historia no se puede perder. El Templo de Shaolin es un lugar mágico y misterioso y es visitado por más de 2 millones de turistas al año. El templo abrió sus puertas al público en 1978. De esta fecha para acá son muchas las personas que han recorrido los pasillos de Shaolin, pero aun a pesar de esto los monjes siguen entrenando por la mañana y por la noche.

“Todas las artes marciales de este mundo
fueron creadas bajo el Sol de Shaolin.”

Proverbio chino