NIÑOS Y NIÑAS… ¡A PRACTICAR KUNG FU SHAOLIN!
Por Gabriela Naves y Mónica Naves
Al escuchar la palabra KUNG FU, los adultos piensan en Bruce Lee y los niños piensan en Po de Kung fu Panda. En general, la idea que tenemos del kung fu es hacer movimientos ágiles, rápidos y con fuerza, lanzar patadas y puños, y cuando tenemos algún contacto más cercano entonces sabemos que va ligado a cierta filosofía de honor y disciplina, y es verdad, pero si nos quedamos con esa verdad es como ver solamente la punta del iceberg.
Esta disciplina es ideal para los niños y niñas ya que fomenta muchos valores y desarrolla habilidades. Pero primero, hay que saber qué significa su nombre y dónde radica su filosofía.
El kung fu se popularizó en América gracias al legendario Bruce Lee, ya que en una entrevista que le hicieron le preguntaron sobre nombre de lo que hacía y él dijo “yo hago Kung Fu”, y entonces le llamaron a ese arte marcial Kung Fu. Sin embargo esta palabra, que en realidad son dos, significa algo más allá, mucho más.
Estas dos palabras, “kung” y “fu”, son de origen chino y juntas significan “hacer bien las cosas”, pero no se limita a las artes marciales o a los deportes; hacer bien las cosas se puede aplicar a la escuela, las tareas del hogar, el trabajo, los hobbies, etc. Hacer bien las cosas es esforzarse, tanto física como mentalmente, es ir desarrollando habilidades y adquiriendo conocimiento, es ir forjando el carácter para ser mejores personas cada día, es convivir con todos a nuestro alrededor. El kung fu nos enseña que la felicidad está en las cosas más sencillas y que al hacer cosas buenas y bien hechas esa felicidad se propaga a todo y a todos. El kung fu está íntimamente asociado al Templo Shaolin de China, el cual se fundó hace más de 1500 años; en este templo, las personas que ahí vivían entrenaban su cuerpo y también su mente, así podían ayudar a los demás y entender el mundo que los rodeaba. Esa misma filosofía, tan sencilla, en la actualidad se sigue practicando en varias partes del mundo, sobre todo en los lugares donde se sigue esa misma tradición y linaje. Actualmente se le llama kung fu de shaolin, pues hace referencia a ese trabajo de excelencia tanto corporal como mentalmente.
En el caso de los niños, el kung fu de shaolin es una disciplina que los ayudará en varias áreas de su vida y hará que mantengan esos cambios positivos hasta su vida adulta. Veamos las áreas en las que ayuda.
FÍSICO.
El área física es la más notable en el desarrollo infantil. El kung fu de shaolin ayuda a los niños a desarrollarse de una manera sana y natural, pues fortalece su cuerpo sin alterarlo o sobrecargarlo. También ayuda positivamente en su coordinación motriz, tanto la gruesa como la fina. Los diversos ejercicios le ayudan a crecer y a mejorar sus habilidades físicas, estimulando cada uno de los músculos de su cuerpo, desde los grandes hasta los más pequeños (como los de los ojos).
Este tipo de disciplina logra mantenerlo en un peso ideal, ya que queman naturalmente las calorías de su ingesta diaria, y en caso de sobrepeso, les ayuda a quemar ese exceso sin acarrearle problemas o efectos secundarios negativos. Además de que los mismos niños se van dando cuento de las cosas que los alimentan a diferencia de aquellas que no.
El kung fu de shaolin puede ser practicado desde los 3 años de edad, pues dependiendo de la etapa en la que se encuentren los movimientos y objetivos se adaptan a ellos. Entre los 3 y 6 años, el objetivo es que los niños conozcan su cuerpo y que empiecen a dominarlo, y los ejercicios y actividades se enfocan principalmente a lo lúdico, pero sin dejar de lado la disciplina. Entre los 7 y los 10 años, los niños empiezan un periodo donde están listos para realizar ejercicios con un grado mayor de dificultad en donde los retos motrices hacen que encuentren motivaciones intrínsecas y a corto plazo, donde el trabajo en equipo empieza a tomar sentido en sus vidas. Entre los 11 y 13 años, empieza una nueva etapa de su desarrollo, donde su cuerpo vuelve a tener cambios, y que gracias al ejercicio físico son desarrollados y aceptados de una manera más natural y sencilla. Empiezan a tener motivaciones más fuertes y a largo plazo, es decir, empiezan a definir qué es lo que quieren en la vida.
EMOCIONAL.
Las emociones son una parte muy importante en nuestras vidas. Gracias a ellas sabemos si algo nos agrada o no, si queremos algo o no, o si vamos a trabajar en algo o no. En el caso de los niños pequeños, la primera prueba emocional es la separación temporal con los padres, y es algo con lo que todos lidiamos alguna vez. Cuando los niños están en un entorno confortable y seguro su desarrollo emocional será mejor y desarrollarán un carácter adaptable al mundo en el que viven. Con la práctica del kung fu de shaolin, los niños aprenden a tomar decisiones, a ser responsables de sus cosas y de sus actos, tienen más confianza en sí mismos. Todas estas características ayudan a evitar y erradicar de una manera pacífica eso que está de moda llamado bullying. Con una disciplina como el kung fu de shaolin aprenden a ver que sus actos no son aislados y que de alguna manera afectan a los demás, y poco a poco empiezan a entender a los demás y a “ponerse en sus zapatos”, lo cual significa que asimilan que las personas y la vida tienen diferentes formas de ser y que son naturales los cambios. Aprenden que debe haber respeto, tanto por la autoridad como por los compañeros, lo que les permite valorar sus propias opiniones y capacidades, y juzgar a otras personas en forma realista. También adquieren una buena autoestima ya que empiezan a conocer sus capacidades y aprenden que no deben frustrarse por aquello que no obtuvieron o que no pudieron hacer en un momento dado.
SOCIAL.
La forma en que nos conducimos en la vida la aprendimos desde que éramos muy pequeñitos. En los primeros meses de vida, nuestro entorno es mamá y papá y todo lo que ellos hacen nos parece maravilloso. Cuando empezamos a cumplir nuestros primeros años de vida, nuestros héroes son nuestros padres, y queremos hacer todo lo que ellos hacen, y el siguiente héroe es nuestro profesor de la escuela. Al estar en contacto con una disciplina y con otros semejantes empezamos a adaptar nuestra conducta de acuerdo a las reglas que rigen ese lugar, y vamos haciendo amistades con los que compartimos algo en común. Los niños empiezan a adaptarse a nuevos lugares fuera del seno familiar, aprenden que hay diversas formas de conducirse y a conocer la dinámica del lugar en el que están. Aprender a interactuar y a compartir con los compañeros, dando inicio al desarrollo de un sistema de conciencia, moralidad y juicios de valor, lo cual se refleja en los actos de las personas.
En resumen, la práctica de una disciplina como el kung fu de shaolin hace que los niños se desarrollen de una forma sana y amplia en las diferentes áreas de su vida, y teniendo como consecuencia que sean personas exitosas, responsables y saludables.
Horarios de Practica de Niños en el Templo Shaolin de México A.C.
AMITABHA!